Miedo escénico

Tuesday, May 30, 2006

Atacá (II): La criptogénica y la estrábica


He vuelto al trabajo (bueno regresé el lunes siguiente al viernes que me dieron de alta en el hospital). Me aburría en casa y el piso con los calores que hace no es un buen sitio para estar. Es preferible salir pitando al despacho o al archivo municipal a investigar el movimiento obrero en Murcia en 1910-1920 que aguantar el aparato de aire acondicionado del Maricoco a todo gas desde las 3 de la tarde y la música de la vecina nueva en el primero que se cree que a todos nos gusta Macaco (no está mal, Olatz, pero hay momentos y momentos...).
Así que en la Universidad los alumnos me suplican que les conceda unos días más para editar el reportaje, me piden que adelante el examen, que les suba la media de las prácticas... por pedir que no quede y como estoy en baja forma el otro día casi consiguen esto último... Uuuuuy, casi (ensayando para el mundial).
Total que no he tenido tiempo para escribir sobre el ataque otra vez pero como en los comentarios se mencionaron los dos términos del título pues tenía ganas de colgar la foto. Igual ya la he puesto en el blog, no me acuerdo, pero como dice Carmen "no, eso ya lo tenía de antes...". El despiste, digo.

Thursday, May 25, 2006

Atacá (I): Solysombra


Cuando alguien enferma, bueno, sufre un ataque (léase angina de pecho, apedicitis, ataque al corazón, epiléptico...) el que lo sufre vive ese momento, lo padece, enterándose porque le sube un dolor por el pecho y porque se ahoga (en el caso del corazón) porque le duele la ingle (apendicitis), o sin enterarse de nada, como en la epilepsia.
Después están los que siguen sufriendo: por un lado, los que asistieron en vivo y en directo, por otro, la familia y los amigos más cercanos que se preguntan por qué no estaban allí.
Y, por último, de nuevo, está el enfermo de turno que, a partir del día D, mantiene una presencia constante de alguien que le pregunta a todas horas si está bien.
Después de mi ataque, tras una semana de ingreso, una resonancia, un escáner, una placa de tórax, no sé cuántos análisis y pruebas... me han diagnosticado epilepsia criptogénica, medicación pemanente y, por lo tanto, se acabó el alcohol en mi vida, las luces de discoteca, la play station y el Festimad... (palabras del médico). De lo tercero y cuarto no sé nada, de lo primero y lo segundo tampoco era adicta, así que no me supone ningún trauma.
Puede que no vuelva a darme nunca más pero aunque me hayan prohibido el solysombra de la época de mi abuela, no lo necesito porque tengo los míos propios. No sabría decir cuál de los dos tiene más de cada cosa. Los dos iluminan mi vida murciana cada día: mi madre adoptiva Carmen, cuya imagen el día D con su bata fucsia en el pasillo de mi casa minimalista daba luz a toda la estancia, mientras intentaba convencerme de que su marido era el mío, para ver si yo salía de mi aturdimiento y pronunciaba "No, no, es Guillermo", "¿Tu marido?", "No, el tuyo... yo no estoy casada". Un sol que se preocupó de acoger a mis padres, de avisar a mis compañeros para que no me molestaran y de ponerle unos huevos fritos con chorizo a mi progenitor que le supieron a gloria y, lo fundamental, de ocultar esto último a su hija.
Y, ¿el otro sol? Juanma. ¡Qué decir del solete de mi compañero de caminos y andanzas! Para lo bueno y para lo malo, sí, exacto. A veces, en estos días el astro rey de mi vida proyecta demasiada sombra y consigue que mis respuestas "Síiiiiiiiiiii, estoy bieeeeeeeeeeeeeen" parezcan de cansancio y hastío pero tú sabes, cariño, que en el fondo, te entiendo cuando me pides que no haga ruidos extraños con la garganta mientras estoy viendo la tele o leyendo en el sofá, que no mire fijamente a un punto (aunque tan solo piense qué tengo que hacer mañana) o que deje de hacer chistes sobre endemoniados y convulsiones. Todo te recuerda los dos ataques.

Yo recuerdo, cada día, que mi sol está tan cerca que su sombra me protegerá siempre.

Friday, May 12, 2006

Swing It to Me


Es el nombre del grupo donde canta Aida. Mañana asistimos a su estreno. Tocaron en el Itaca pero sólo un concierto instrumental, aunque al final Aida salió de detrás de la barra, tiró su delantal de camarera y se arrancó a cantar alguna cosilla.
Mañana la cosa va en serio, en un bar del puerto de Cartagena a la 13:00 de mediodía. Es lo que tiene cantar jazz y bossa nova, cualquier hora es buena... que haga solete para estar sentaditos... mirando el mar...
Ah, la ociosidad de mañana conllevará trabajar en domingo, para variar... El domingo puntuaré las noticias de mis alumnos (han quedado muy bien), haré el informe del curso aquel de profesores noveles que, por fin, acaba y pondré dos lavadoras, limpiaré el baño, le rascaré la espalda a Juanma, sacudiré el mantel con migas... eso, conciliar, conciliar: investigadora, profesora, ama de casa, novia y sorda. Todo en el mismo kit. Cantad conmigo: "tristeza nao tem fim, felicidade, sim, a felicidade é como a pluma..."

Wednesday, May 10, 2006

El Chupa (II)


Y ésta es de después de comer, cuando Aida se empeña en sacarnos desde abajo, en contrapicado, para que se nos vea lo bien que nos sientan las carnes. Mientras Lola y Rosa se quejan, Raúl posa como si de un cantautor se tratara y Juanma y yo rebosamos felicidad...
Detrás el puerto de Cartagena.

Monday, May 08, 2006

El Chupa


Esperando a que mi cuñada (en la foto trabajando en el Itaca) me envie las fotos de "El Chupa" os relataré el acontecimiento. Ir a comer al Chupa es todo un lujo. Lo primero hay que reservar. El sitio se encuentra en El Llano del Beal, antigua población minera. Si miras hacia los montes, ves los cortes en la roca. Las minas dieron mucho dinero y dicen que todo el pueblo esconde en sus suelos plomo y sobre todo mucha plata. No sé si fue por el plomo o por el pescado de roca, pero el caldero estaba de muerte. Yo no soy mucho de arroz, bueno, especifico, no soy mucho de arroz "rebosando el plato". Ver una o dos montoneras de arroz en mi plato, ya sea de paella, de arroz a la cubana o de arroz blanco para días "blandos" me echa para atrás. Pero la camarera (de Málaga) me trajo todo en su justa medida. Según llegamos nos planta una ensalada, las "pelotas" (albóndigas con sabor a canela), almejas con tomate, la botella de agua de litro y medio como bien dijo Carmen, pero rellena de vino y la litrona bien fresca. "Ala, qué aproveche"... pues eso, que empezamos y casi nos pegamos por las pelotas. Lo dicho, el plato de caldero: lo separé como en dos montañitas, a la de la izquierda le puse ajo (alioli) y empecé... Uf, qué bueno estaba. Yo me lleno enseguida pero, como bien os he comentado, como el plato no rebosaba, tampoco me saturaba... ah, pero como a Aida, la de la foto, no le gusta el pescado y el caldero se hace con pescado de roca, pues también habíamos pedido conejo al ajillo. Al llegar al Chupa fuimos Rosa, Aida y yo al baño. En la misma sala del baño mientras esperabamos veíamos como la cazuela con el caldero hacía chop, chop y otro cazuelón con conejo bañado de patatas panaderas nos saludaba. Después de contemplar aquello, Rosa y yo nos conteníamos por no terminar el plato de caldero pero es que quedaba el conejo. Me comí la cabeza.
Llegó el postre: pan de calatrava, tocino de cielo y arrope. Lo mejor lo primero.
Todo exquisito, 10 euros por barba. Y el Chupa que se iba a una boda nos deleitó con una trova, algo de que los pavos no tienen tetas pero tiene tu prima porque yo se las toco, eso pero con rima, claro.

Friday, May 05, 2006

La ojomeneada


Lo prometido es deuda, ahí está mi "suegri pop": Lola.
Y nosotros sin comprarle el regalo todavía.
Casiocho, pediré el flan o el pan de Calatrava.
Las "pelotas" las dejaré para otros.
El lunes os cuento mi fin de semana familiar. Con fotos de todos...
¡Me encanta la ociosidad!

Thursday, May 04, 2006

Comida familiar


El sábado es el cumple de mi suegri... uuuh. Nos vamos al Chupas (sitio superfamoso para Juanma, si no le he escuchado desde octubre 55 veces que tenemos que ir...) a comer. Lo más famoso es el caldero: el arroz típico de Murcia con sus cositas (paso de decir si va con carne o pescado para no meter la pata) y aliñado con una salsa de mayonesa y ajo que en fin... sólo he comido una vez y yo con lo rarita que soy para las comidas... me gustó.
Acabamos de reservar mesa porque aquello se pone hasta los topes. Carmen me cuenta que no deje de pedir Pan de Calatrava y mi cuñada a la que no le gusta el caldero se pedirá medio conejo al ajillo. Porque eso sí, con lo delgadita que está (le vemos en la foto) come como cuatro. Perdona Aida.